viernes, 5 de septiembre de 2014

Crónicas Suicidas. Exposición "Miss colibrí" de Patricia Fornos en La Paca Bar.

Regreso de mis vacaciones con cierto animo mórbido, quizás se deba a que el verano esta apunto de acabar. Vuelvo a mi rutina "hamster", me acomodo en mi rueda y con cierta desgana comienzo a correr, giro y giro para volver al mismo sitio y a la misma hora. 

Madrid todavía arde, el sol continua mordiendome en la "chepa" con fuerza. Desde Embajadores pasando por Atocha hasta Gran Vía todo el mundo esta en la calle, los yonkis siguen esperando su "kunda", las putas siguen estando en Montera, y los hispters siguen paseando su barba cool. Nada cambia en Madrid, sigue siendo igual de perra, callejera y "posturera" que como la deje. Tras mi paseo y comprobación de los pulsos vitales de mi ciudad me siento mejor. Decido rescatar una sonrisa en mi boca y alma. 
Mi primera excusa para salir a la calle fue la inaguracion de la expo de Patricia Fornos "Miss colibrí" en la Paca Café Bar. Apenas tenia información previa de la artista,  únicamente vagas pistas sobre la originalidad de su trabajo, obtenidas en una conversación entre artista mexicanos borrachos y un servidor. La propuesta de Patricia es la siguiente "calaverizar" el rostro de iconos culturales y gente anónima. Últimamente por circunstancias que no vienen al caso, pienso mucho en la muerte, más que en en el final en si, en el proceso que marca en nuestro rostro el billete de reserva de nuestro cita con ella, abro mi mirada interna y veo rostros sin expresión en los ojos, grises amarillos y verdosos. Por eso me siento atraido por el concepto colorista y alegre que tienen los mexicanos sobre la muerte, antitesis del nuestro. Donde nosotros es fin de estación, en ellos es salida de trayecto.

La Paca Bar esta situada en la calle Valverde, variz de una de las arterias principales de Madrid, la Calle Gran Via. El nuevo viejo-aire moderno de Malasaña comienza en esta calle. No es un barrio que me sienta especialmente cómodo, a veces tengo una sensación de no pertenencia a ese lugar cuando camino por sus calles, heterosexual, pelo largo, la cara afeitada y cuerpo desgarbado, entre "fashionismo" que se avergüenza de serlo, cuerpos musculados, barbas con intención de dar sabiduría a sus poseedores y otras poses varias. En el fondo sin querer serlo, son unos pijos y lo saben, aunque hay que reconocer el esfuerzo que hacen por disimularlo.

Llego a la puerta a las 20:30 en punto, la hora de la convocatoria, como siempre hago me situo en la acera de enfrente, para inspeccionar un poco el "percal" antes de entrar. Disimuladamente me lío un canuto y entre calada y calada, comienzo a inspeccionar al público que esta en la puerta. Nada inesperado, tres guapas modernas y un par de tipos charlando entre ellos amigablemente fumándose unos pitillos. Intento localizar, aunque no la conozca previamente a Sara le encargada de prensa de La Paca, Mi principal candidata es la moderna más alta de todas, ya que saluda con besos y abrazos al publico que va llegando. Apura la ultima calada de mi porro y me acerco con paso firme a la puerta. Me quedo parado en la misma esperando que la chica alta se acerque a mi y me haga la pregunta de rigor ¿Estas acreditado?. La pregunta no llego, tras un minuto de estatua en la puerta, decido preguntar -perdonad, ¿Conoceis a Sara?- Sara es mi contacto de prensa de la Paca-, me ha convocada a las 20:30. La chica alta decide acercarse a mi preguntarme quien soy y de donde vengo, descartando cualquier respuesta filosófica, le contesto. -Mi nombre es Alejandro, de Suburbana Madrid. Me invita a pasar ya estoy dentro de la fiesta.

Amablemente me da un ticket de color naranja que me da derecho a tomar una consumición by the face y me invita a que me siente en unos sillones situados al fondo del local. Me comenta que Sara esta hablando con gente de prensa y que en breves minutos saldrá a saludarme. Enfrente de mi visualizo a dos mujeres sentadas en una mesa, que charlan entre ellas cómodamente pero con cierta distancia sobre la obra. Inmediatamente reconozco en la chica guapa de pelo rizado y sonrisa de niña a la artista. Pacientemente espero que acabe de hablar con la compañera para acercarme a ella y charlar un poco. A los pocos minutos aparece Sara, le han debido decir quien soy, ya que me saluda por mi nombre, me da un abrazo efusivo y veraz y dos calidos besos agradeciendome de todo corazón, mi pequeña ayuda de promoción de sus eventos. Veo sinceridad en sus palabras, no una mera etiqueta "buenrollista" corporativa, en resumen me cayo de "puta madre". tras la presentación y unas cuantas risas, me deja y se pierde entre la gente a seguir haciendo su trabajo.

Por fin Patricia acaba de hablar con la otra tipa, se incorpora, me mira y se acerca a mi, se ha debido de dar cuenta a lo que vengo, chica lista, ya que yo sepa nadie la ha dicho que quiero hablar con ella de su obra. A un metro de mi, tres tias la abordan y comienzan a hablar con ella, sonríe y pacientemente recibe felicitaciones y palabras de animo, educadamente interrumpe la conversación señalandome y dicendolas que tiene que seguir atendiendo a los medios. Con los dos besos de rigor de costumbre comenzamos a hablar.

Patrica Fornos y el "menda".
Lo primero que hago es mostrarle mi satisfacción con su obra, le hablo de la sensación de alegría color y vida que me trasmite su obra, a pesar de tener como eje central imágenes tan iconicas sobre la muerte como las calaveras. La indico con cierta infula existencialista, que si con su obra pretendía, realizar una especie de burla colorista al concepto dramático que tenemos sobre la muerte. Me aclara que no es exactamente esa su intención si no más bien, realizar un acto de celebración de la vida, me explica como ven la muerte en la cultura mexicana- llena de influencias sincréticas de las culturas precolombinas- ven la muerte como comienzo de la verdadera vida, una vida de alma, alegría y reencuentro con las personas amadas. Por lo cual no hay lugar para el miedo y la pena. Patricia inunda la conversación con sencillez, nada pretenciosa, me habla de su obra con accesibilidad y pasión. Me invita a observar la dualidad vida-muerte en los ojos de sus calaveras, plenos de vida y luz. Le hablo de sus colores, tan vivos, tan luminosos, tan mexicanos, ella me habla de su infancia y de sus colibrís y otras aves coloristas, todo ese color lo ha trasladado en una especie de acto-emotivo artístico a sus obras.
Patti Smith

Continuo preguntando las motivaciones para "calaverizar" a alguien, me explica que no solo calaveriza a gente que ella admira, (Che Guevara, Patti Smith, Celia Cruz..) si no que también es susceptible de calaverizar a gente anónima que ve caminando por la calle, guiándose mas que por sensaciones físicas, por sensaciones empáticas y energicas. A parte de estas "calaverizaciones" "propias", me comenta que por encargo también puede "calaverizar" a quien le interese, aun precio módico tratandose de obras artesanales y únicas. Le pregunto si yo seria un buen candidato a calaverizar y me dice que si, ya que tengo un contraste muy fuerte entre la tristeza de la caída de mis ojos y mi -según ella - bonita sonrisa. En un momento dado nuestra conversación es interrumpida por una mujer que le dice a Patricia que ha venido una persona de la embajada mexicana, en ese momento decido parar la conversación y dejar que la artista hable con su gente. Tras hablar con ella, reconozco en ella una artista total, valiente y pasional que vivo por para su arte, arriesgando la comodidad del mercado para hacer algo personal, una obra artística con "vida" propia, nacida de un bigbang creativo que explota de un universo propio, un cosmos estelar poblado de color y vida. Sus calaveras nos miran con vida, interrogándonos y haciéndonos ver que no solo somos piel y huesos, si no que somos un alma que debe de viajar por la vida ligera de equipaje y sonriente sabiendo que no existe un final de camino si no solo un principio.



Tras la corta entrevista, decido salir de la Paca, no sin antes despedirme de la simpática Sara, con la promesa de volver para hablar con más profundidad del concepto de gastro-bar cultural de la Paca. salgo a Gran Via. El negro de la noche apenas se vislumbra entre el color de vida que inunda la noche madrileña. La rueda seguirá girando aunque no estemos en ella. Hasta la próxima mortales.

Texto: Alejandro Daza Iglesias.
Fotos: Cortesía de La Paca Bar. Muchas gracias!!!

Más información sobre Patricia Fornos y la expo "Miss Colibrí" en http://patriciafornos.com/misscolibri/index.php/es/

Agradecimientos a la Gente del Paca Bar, a pesar de estar apenas una hora, me sentí como en casa.

Dónde?: La Paca Bar. Calle Valverde, 36.
Cuándo:? Desde el 4 de septiembre hasta el 29.
Cuánto?: entrada libre, pero tomate algo estarás muy cómodo.

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